CARTA DE LA DIRECTORA
Al igual que otros admiradores, fui hechizada por las mariposas, que se manifiestan en mis pensamientos y creaciones artísticas. Aunque a veces las ignoro, siempre vuelven y he querido descifrarlas. He observado cómo transforman el ambiente y mi espíritu. Cuando aparecen, el movimiento de las nubes es gradual, los sonidos se vuelven más nítidos; los colores, intensos. Los paisajes se impregnan en los sentidos, en mi alma. No vuelvo a ser la misma.
Las mariposas tienen una misión crucial: la propagación de la vida mediante la polinización, que permite la existencia de frutos y, por ende, fragancias, sabores y experiencias estéticas. También generan equilibrio ecológico y nos conducen hacia el misticismo. Me pregunto si hay una relación entre los sueños y las mariposas. Ya que las ensoñaciones resultan de estímulos sensoriales. ¿Cómo sería la poesía, el arte, las relaciones humanas sin haber degustado una manzana, una naranja y sin haber visto plantas?
Ya no hay tantas mariposas como antes y su disminución se debe en gran parte a la deforestación y el cambio climático. Como realizadora, considero necesario visibilizar problemáticas que se pueden resolver mediante la cooperación y la empatía. Debemos abordar obstáculos como el racismo, la misoginia y el clasismo. Estas dinámicas sociales excluyentes y discriminatorias afectan y marginan la distribución de recursos, la participación equitativa en la toma de decisiones y el acceso a oportunidades. Los Estados priorizan la explotación de recursos naturales y obstaculizan proyectos científicos, mientras el activismo representa una amenaza para los líderes políticos y empresariales, pues visibiliza los atropellos que se cometen en contra de ecosistemas y personas.
Cometa 1600 es un ensayo audiovisual que busca conectar al público con la naturaleza. En la película propuse una hipótesis llamada Pneuma. Propone que nuestros sueños están relacionados con los desplazamientos de las mariposas, particularmente, las monarca. Para explorar esta idea, utilicé tres formas narrativas: documental, experimental, ficción.
La modalidad experimental creó experiencias sensoriales mediante imágenes abstractas que representaron átomos, células y nuestra esencia como seres vivos. Utilizamos imágenes captadas con un caleidoscopio especial diseñado para la película. La cámara caleidoscópica, invento usado por los personajes de la película, imita la visión de las mariposas. Estos insectos poseen ojos (ommatidios) que perciben el mundo como un caleidoscopio compuesto por innumerables facetas.
La modalidad documental registró la situación actual de la naturaleza, su esplendor, interacciones y también el deterioro causado por la contaminación y el cambio climático.
La ficción sirvió para narrar las dificultades que viven los científicos y periodistas medioambientales desde la perspectiva de los personajes principales (Emilio, Isabel, Ingrid). En este caso, los actores dan sus testimonios simulando entrevistas o transmisiones en vivo.